SER FELIZ,
O... ¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD?
Este fin de semana asistí a un cursillo en cuya una de sus prácticas se nos pidió que rememorásemos una escena en la que estuviésemos muy felices... La única escena que en esos momentos venía a mi mente, era una que me sucedió hace ya 4 ó 5 años. Fue cuando me rompí la rodilla de la pierna que tenía mejor, rotura a la que gracias a ella terminé en la silla de ruedas.
Pues bien, hacía ya unos días que me la había roto y seguía en cama sin poder moverme. Era verano, uno de los veranos más calurosos de España y Europa. Aquel año murieron muchas personas por culpa del calor en España y Francia; los medios de comunicación no paraban de dar consejos sobre qué hacer para paliar un poco sus efectos y protegerse de la misma... Y allí estaba yo: En cama, sin aire acondicionado, con una pierna rota rodeada de cojines, las ventanas abiertas, y el señor don aire que no quería soplar.
Pero también estaban mis amigas. Casi todas se habían dado cita en mi casa para venir a verme. Y yo estaba allí... sudando, con dolor, pero rodeada de todas ellas. Como no cogían tantas sillas algunas se sentaron o medio tumbaron en la cama. Hablábamos... Reíamos... Y una de ellas sacó de su bolso una baraja de Tarot ¡Lo que faltaba! Esa fue la guinda de aquella tarde tan estupenda. Como sabía que me gustan mucho empezó a leermelas, y he de decir que nuestras cartas nunca son malas o conflictivas, cuando nos las tiramos entre nosotras, siempre nos salen cosas buenas y estupendas ;)
En un momento dado de aquella tarde, me quedé callada observándolas a todas allí reunidas, y de pronto empecé a reír. Todas callaron de golpe y me miraron extrañadas perguntándome qué pasaba, de qué me reía...
Nada -les contesté- Es que si os lo digo me váis a matar.
Pero ante su insistencia al final les dije cual era el motivo de mis risas: Sencillamente era muy feliz.
Allí tumbada, asada de calor y con mucho dolor, rodeada de todas ellas desaparecieron todos los problemas como por obra de magia y yo daba gracias al cielo y estaba muy feliz por haberme roto la rodilla, pues de no haber sido así me hubiese perdido esa tarde tan magnífica. Ni que decir tiene, que un poco más y me pegan cuando les dije eso jajajaja...
Pero lo curioso del caso y que me ha hecho pensar, ha sido: ¿Por qué tuve tanta dificultad este fin de semana en encontrar un momento particularmente feliz de mi vida? Y la respuesta que hallé ha sido esta: Porque sin dame a penas cuenta resulta que soy muy feliz. Me explico...
Cuando estoy estirada en la cama escuchado música para relajarme... Soy feliz
Cuando me levanto por la mañana y me siento a saborear el primer café del día... Soy feliz
Cuando salgo a la terraza y me siento al sol a cepillar a mi gato... Soy feliz
Cuando hablo por teléfono con mi hija... Soy feliz
Cuando llega mi marido del trabajo y estamos cenando y hablando los dos juntos... Soy feliz
Cuando estoy aquí sola y me conecto a internet para leer vuestros mensajes y vuestros blogs... Soy feliz
Cuando mis manos no duelen y puedo chatear con mis amigos o escribir... Soy feliz
Y si me duelen, doy gracias porque me hacen parar y me obligan a pensar, a meterme en mi interior... Y ahí, soy muy feliz
Y así os podría decir todos los actos de mi día a día porque con todos ellos soy feliz ¿y sabéis por qué? porque los disfruto. Todos y cada uno de mis actos, desde el más complejo y difícil hasta el más insignificante, para mí son importantes y los disfruto sobremanera. Y lo que es más importante: Porque la felicidad está dentro de mí.
Por eso amigos míos tuve tanta dificulad en encontrar un momento feliz en mi vida, porque resulta que toda ella está llena de pequeños momentos felices que se van encadenando uno a otro. Y esto es lo mejor que hay, saber disfrutar de todos y cada uno de los momentos que vivimos, pues la felicidad nunca la vamos a encontrar fuera, la felicidad está dentro de nosotros, en lo más profundo de nuestro ser. Y es tan facil encontrarla y sacarla, que precisamente por ello no nos lo creemos.
Con mis mejores deseos de Paz Profunda,