MI HADA MADRINA
Que las hadas existen ya nadie lo duda, pero lo que posiblemente muchas personas no saben es que aman tanto a la humanidad, que por ese amor son capaces de descender del estado evolutivo que tienen, hasta llegar a convertirse en una persona.
Por ese amor,
sacrifican sus dones y libertad y se reencarnan en un cuerpo humano con el solo
objetivo de ayudarnos y hacer felices a todo aquel que tenga la gran suerte de
cruzarse en su camino.
Estas hadas
encarnadas solo viven para hacer el bien sin pedir nada a cambio y disfrutan
cuando nos ven sonreír. Para ellas, una sonrisa nuestra vale más que todo el
oro del mundo, y una lágrima las entristece hasta tal punto que si persistimos
en seguir deprimidos llegarían incluso a la muerte porque en su interior
sienten que nos han fallado y que su vida aquí entre nosotros ya no tiene
sentido, y prefieren dejarse ir entre sus añoradas amigas las flores y
desaparecer en la profundidad del bosque antes que vernos llorar.
Por eso es
tan importante dejarse mimar y cuidar por ellas, porque así las hacemos felices
a nuestra vez y todo en el cosmos sigue su curso y en plena perfección.
Para ello,
tan solo tenemos que regalarles nuestra mejor y más sincera sonrisa y ser
felices y disfrutar en su compañía. Así, ellas seguirán viviendo y ayudando a todo aquel que lo necesite y repartiendo
amor por doquier… Así, no añorarán tanto a su adorado bosque y a todos los
personajes que les vieron crecer.
Porque
saben que son muy útiles y que su trabajo es muy apreciado por nosotros. Y
porque saben también que ellos (sus amigos de siempre) se preocupan mucho por ellas y su
bienestar, y en las noches de primavera vuelan hasta su cama humana para
susurrarles al oído todas las historias y noticias del bosque del que un día
salieron para que no lo olviden ni lo echen de menos.
Hasta que
llega un día en que su misión junto a la persona que han elegido toda a su fin
y desaparecen sin dejar rastro para ir en pos de otra a la que ayudar. En su
lugar tan solo queda una sensación de infinita paz y un suave olor a rosas y
jazmín… Y quizás también la sensación de que todo fue un sueño porque seres así
es imposible que se crucen con nosotros, tan acostumbrados como estamos a que
todo a nuestro alrededor sea gris y sin brillo ni color.
Pero yo
amigos míos, soy una gran privilegiada... porque sin saber cómo ni por qué una de
estas haditas se cruzó en mi camino y se quedó a mi lado para ayudarme a ser
cada día un poco mejor y más feliz.
Tan solo
espero que cuando todo termine no desaparezca y se quede a mi lado hasta que mi
camino aquí en esta Tierra toque también a su fin.
Y esta
hadita que me acompaña desde hace ya diez meses tiene nombre de mujer. Aspecto
de mujer… Sentimientos de mujer… Pero corazón de hada.
Esta hadita
amigos míos se encarnó en el bello y aparentemente frágil cuerpo de una gran
amiga llamada Helena.
Un abrazo mi querida amiga,
Con todo mi cariño,
Leonor